Les escribimos a ustedes como máximos representantes del Estado chileno, porque estimamos que este es el principal responsable de proteger a las personas ante la actual crisis sanitaria y económica que afecta a nuestro país y al mundo.
Les escribimos porque nos preocupa la crisis económica, cuya prolongación y profundidad puede ser mayor que lo que las autoridades sectoriales han señalado, debido a la pandemia del coronavirus y a los efectos de rezago de la tendencia decreciente de la actividad económica que ya venía desde hace más de un año. Si el Banco Central proyecta una recesión de hasta 2,5% del PIB, estimaciones internacionales señalan caídas del producto de en torno a 2% por cada mes que se prolonguen las cuarentenas. Proyectando los comportamientos sanitarios necesarios, la caída del PIB puede ser entre 5 y 6% en 2020. Esta será la mayor crisis chilena desde la dictadura y en el peor escenario internacional que ha vivido el mundo desde la segunda guerra mundial. Ello exige enfrentar con urgencia y decisión la dimensión económica de esta crisis.
Para muchas familias chilenas la cuarentena y la crisis económica que la acompaña ya significa no tener ingresos, lo que se agravará aún más en las próximas semanas. Hoy, las familias enfrentan el dilema de salir a trabajar con el riesgo de contraer el virus o infectar a otros, o cuidarse en la casa, pero no tener ingresos. Chile está en condiciones de evitar este triste dilema creando las condiciones para que los que se queden en casa puedan vivir dignamente. El desafío es atender efectiva y oportunamente los efectos de la crisis sanitaria y las consecuencias de la recesión económica; así se evitarán costos mayores a mediano y largo plazo. El gobierno debe actuar con la ética de la urgencia para enfrentar la más grave crisis económica y social de los últimos 40 años.
Reconociendo que se han tomado medidas económicas, creemos que estas son completamente insuficientes; especialmente en ayudar con rapidez y eficacia a las familias más vulnerables y a la clase media de la sociedad chilena afectada por la actual crisis. Por ello hacemos una propuesta práctica y realista para proteger a la familia chilena, que debe ajustarse de acuerdo a la profundidad que adquiera la crisis. Proponemos dos instrumentos:
- Renta básica temporal. Este pago monetario del Estado beneficiaría a todas las familias inscritas en el Registro Social de Hogares, que ya cubre al 74 por ciento de la población, salvo aquellas en que al menos uno de sus miembros cuente con un trabajo formal. Esta Renta Básica Temporal debería ser por 4 o más meses, dependiendo de la magnitud de la crisis. Si el Censo da un promedio de 3,1 miembros por hogar, ello que significa que estas familias recibirán en torno a $ 400 mil mensuales, siendo ideal aproximarse a la línea de pobreza. Ello beneficiaría a 1.7 millones de hogares, con un costo fiscal de US$
3.6 mil millones. El pago monetario debe ser preferentemente recibido por la mujer del hogar. - Un verdadero subsidio para los trabajadores que no pueden desempeñar sus labores a causa de la pandemia. El gobierno ha comprometido aportar US$ 2 mil millones al Fondo de Cesantía para aquellos casos en que se decide mantener el contrato sin pago de remuneración, pero al mismo tiempo ha definido que en primera instancia sean los fondos de las cuentas individuales los que se usen para subsidiar esta situación de vigencia de contratos sin remuneración. Proponemos que sea un verdadero subsidio y que el pago provenga de los recursos que aporta el Estado, sin perjudicar los fondos individuales de cesantía. Para aquellos que dejan de recibir su remuneración, sin interrupción del contrato laboral, el pago debe provenir de los recursos que aporte el Estado (Fondo Solidario de Cesantía), sin perjudicar los fondos individuales de cada trabajador. Además, la Dirección del Trabajo debe asegurar que las empresas, por razones justificadas, puedan pactar con sus sindicatos reducciones en sus salarios y horas trabajadas. Ello debe ser complementados con recursos del subsidio de desempleo y, así, reducir el número de despidos. En este contexto, debe considerarse como enfermedad laboral los contagios por Codav-19.
El costo financiero de estas dos medidas sería de 2,6% del PIB, monto que es completamente financiable con el Fondo de Estabilización Económica y Social. Sin embargo, consideramos necesario explorar otras medidas tales como: reasignaciones presupuestarias, la adquisición de deuda interna y/o externa, incluyendo la venta de bonos del tesoro al Banco Central lo que requiere cambio Constitucional. Adicionalmente, dado que la salud es la prioridad principal durante los años 2020-2021, consideramos indispensable postergar las compras de armamento y utilizar los recursos disponibles en el Fondo Estratégico para compras militares.
El sector privado debe contribuir, porque en estos tiempos debe primar el interés general. La mayoría de las familias chilenas enfrentan una situación de catástrofe que ha significado o significará una disminución de sus ingresos. La prioridad para ellas y para el país es la salud y la alimentación. Por ello deben postergarse los pagos de deudas y cuentas de servicios básicos. Algunas empresas ya han accedido a postergar sus cobros. Los bancos pueden postergar el pago de deudas, sin cargar multas o intereses adicionales, para todos sus clientes, aprovechando las bajas tasas de fondeo, a las que hoy pueden acceder.
Estamos conscientes que atender la actual crisis económica requerirá de medidas adicionales a las expuestas. Próximamente, el Foro se referirá a las medidas necesarias para asegurar la sobrevivencia de las empresas, en especial las PYMES, y su rápida recuperación después de superada la crisis sanitaria. Es indispensable asumir este desafío con un horizonte de largo plazo, con solidaridad y pragmatismo. Sin embargo, creemos que la primera prioridad es atender la urgencia de que las personas puedan mantenerse en su hogar sin grandes penurias económicas. El país tiene recursos para apoyar hoy sin dilaciones a su población.
FORO PARA UN DESARROLLO JUSTO Y SOSTENIBLE
Roberto Zahler
Andras Uthoff
Servet Martínez
Luis Eduardo Escobar
Ricardo Ffrench-Davis
María José Becerra
Carlos Ominami
Stephany Griffiths-Jones
Alvaro García
Jorge Katz
Sergio Bitar
Luis Felipe Jimenez
Jorge Leiva
Mauricio Jelvez
Sergio Henríquez
Daniel Goya
Andrés Palma
Sebastián Salazar
Carlos Mladnic
Pia Castelli
Alberto Undurraga
Ernesto Moreno
Ana María Correa
Victor Barrueto
Jacqueline Saintard
Eugenio Rivera
Antonio Lara
Mónica Ruíz
Alvaro Díaz
Diego Portales
Hernán Frigolet
Marcos Illesca
Michel Jorrat
Gustavo Rivera
Reinaldo Ruiz
Jaime Gajardo Falcón
Osvaldo Rosales
Mario Velasquez
Jaime Gazmuri
Simón Accorsi
Juan Somavía
Daniel Bello
Alvaro Gallegos
Andrés Solimano
Fernando Carmona
Sergio Arancibia
Lysette Henríquez