Las proyecciones muestran que la contracción será mayor a lo proyectado anteriormente (-6%), la recuperación del empleo y, por tanto, los ingresos de las familias —no lo dicen explícitamente—, será más lenta, con una inflación en torno al 3% a pesar del aumento en precios de bienes durables importados, de los cuales estamos algo desabastecidos por menores importaciones. Para el próximo año, el Banco Central proyecta un fuerte rebote de la demanda del consumo (+11%) y de la inversión (+7,3%), basado en una recuperación de la economía mundial, alto precio del cobre y una política monetaria expansiva, que podría ser mayor si la actividad económica se debilita.
En este Foro echamos de menos una mayor preocupación por la recuperación del empleo, que sólo alcanza a un tercio de los trabajos perdidos en los primeros nueve meses de este año y más preocupante aún, el empleo y desempleo femenino, ya que 9% de las mujeres han debido dedicarse a cuidar a sus familias.
No hay mención sobre los efectos distributivos de una recuperación desigual, en forma de K, que perjudicaría más a los grupos vulnerables incluyendo a buena parte de la clase media. Todo ello sin mencionar que la calidad de los empleos recuperados parece ser mucho menor que antes de la pandemia, ya que buena parte son como “independientes” e informales.
Este Foro ha planteado insistentemente que el apoyo a las familias podría ser mucho mayor para paliar, en parte, los altos niveles de desempleo, la caída en la participación laboral y la consecuente pérdida de ingresos. Entendemos que el Banco no puede opinar sobre política fiscal, pero nos parece aventurado proyectar una fuerte recuperación del consumo sin un mayor apoyo fiscal a los ingresos familiares en el presupuesto de 2021.
Lamentamos que en declaraciones de prensa se enfatice el efecto “inflacionario” de los retiros de las AFP, cuando los aumentos de precios reflejan principalmente la escasez de bienes durables importados, como automóviles nuevos, que consumen mayoritariamente los grupo de altos ingresos. Así todo, el IPOM proyecta que la tasa de inflación se mantendrá en torno a la meta de 3% anual por lo que no representa un problema real.
Concordamos con el BCCh que las proyecciones están condicionadas por la evolución del control de la pandemia tanto en Chile como en el exterior. Pero no podemos dejar de señalar que, a nuestro juicio, el BCCh no está calificado para señalar como uno de sus temores institucionales “la reaparición de episodios de violencia como los de fines del 2019.”