Este informe conjunto de la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
se publica en un momento en el que varios países de América Latina se
han convertido en el epicentro de la pandemia de COVID-19. La región
es en particular vulnerable por sus altos niveles de informalidad laboral,
urbanización, pobreza y desigualdad, así como por sus sistemas frágiles
de salud y protección social, y una parte importante de la población vive
en condiciones de vulnerabilidad que requieren una atención especial. Los
países del Caribe han logrado controlar la pandemia con mayor rapidez,
mientras que en América Latina los niveles de contagio siguen sin disminuir.
La conclusión principal de este documento es que, si no se controla la
curva de contagio de la pandemia, no será posible reactivar la economía
de los países. Asimismo, se indica que tanto el control de la pandemia
como la reapertura económica requieren liderazgo y una rectoría efectiva
y dinámica de los Estados, mediante políticas nacionales que integren
políticas de salud, políticas económicas y políticas sociales. También
se aboga por un aumento del gasto fiscal para controlar la pandemia y
favorecer la reactivación y la reconstrucción y por que este sea más eficaz,
eficiente y equitativo, de modo que el gasto público destinado a la salud
alcance al menos el 6% del producto interno bruto.
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