Una propuesta que, insiste, va en la dirección contraria al apoyo a la inversión y las pymes. Asegura que, si eso fuera así, el Gobierno podría gastar 81 millones de dólares en la integración para esas pequeñas y medianas empresas y no casi US$ 800 millones en beneficiar a la clase más acomodada. Aquí las razones de sus insistencia en que la política lo escuche.
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