Remuneraciones: ¿golpe al poder adquisitivo?

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Así titula Emol: "Golpe al poder adquisitivo" ¿Qué pasó? En febrero, los salarios reales en las empresas de más de cinco trabajadores bajaron en -0,1% respecto al mes previo, una vez que se disiparon los efectos del reajuste del sector público en el promedio de remuneraciones que permitió dos datos positivos en diciembre (1,1%) y enero (1,3%). Esto quiere decir que si usted gana un millón de pesos, perdió mil pesos en poder adquisitivo de bienes y servicios en febrero.

Por Gonzalo Martner

Así titula Emol: «Golpe al poder adquisitivo» ¿Qué pasó? En febrero, los salarios reales en las empresas de más de cinco trabajadores bajaron en -0,1% respecto al mes previo, una vez que se disiparon los efectos del reajuste del sector público en el promedio de remuneraciones que permitió dos datos positivos en diciembre (1,1%) y enero (1,3%). Esto quiere decir que si usted gana un millón de pesos, perdió mil pesos en poder adquisitivo de bienes y servicios en febrero. 

Como siempre en estos posteos de coyuntura económica, insistimos en que para un análisis más completo hay que tomar períodos más largos que solo las variaciones mensuales. Si se compara el índice de remuneraciones reales con el de hace tres años atrás, justo antes de iniciarse la pandemia, su nivel actual es parecido. En el último trienio no hay un retroceso general en materia de remuneraciones en Chile. 

Es en el año 2022 cuándo se ha producido un traspié, pues los salarios reales cayeron en -1,8% respecto a 2021 -después de haber crecido en 0,6% en 2020 y en 1,1% en 2021- producto de una aceleración de la inflación que sobrepasó los mecanismos de reajuste salarial. Una persona que gana un millón perdió 18 mil pesos en poder adquisitivo el año pasado y una persona que gana 500 mil perdió 9 mil pesos. Pero también, con alguna probabilidad, esas personas dejaron de comprar algunos bienes relativamente más caros y los sustituyeron por otros similares pero relativamente más baratos, por lo que no necesariamente disminuyeron su bienestar de manera significativa. Otra cosa es que estos ajustes del consumo se hubieran producido con un valor real del salario que hubiera caído en 10% o 20%, por ejemplo. 

Además, en los dos meses anteriores a febrero una persona que recibe un salario de un millón había ganado 11 y 13 mil pesos más respectivamente en valor real, porque las remuneraciones promedio subieron más que la inflación. En efecto, el gráfico adjunto muestra que, más allá del dato levemente negativo de febrero, en el trimestre más reciente (diciembre-febrero) se produjo una recuperación de las remuneraciones reales. 

Esta positiva evolución ha venido después de los embates de la inflación en el segundo semestre de 2021, por los efectos de ajustes de precios por restricciones temporales de oferta en la etapa de la salida global de la crisis pandémica, en un contexto de crecimiento de los ingresos de las familias por los retiros y transferencias de emergencia, y luego desde marzo de 2022 por la guerra de Ucrania, que implicó fuertes alzas de precios de combustibles y alimentos. 

La recuperación reseñada ha ayudado a evitar un deterioro productivo y del empleo en los últimos meses. No obstante, no es claro que esa recuperación tenga una probabilidad alta de consolidarse. El futuro próximo sigue siendo incierto, pues en la economía están operando factores contractivos (encarecimiento y restricción del crédito, incertidumbre financiera externa) junto a otros expansivos (política fiscal de aumento del gasto, sobre todo en inversión y de subsidio a los alimentos). 

La tarea de orden estructural sigue siendo que las remuneraciones del trabajo puedan defenderse de la inflación ampliando la negociación colectiva más allá de la empresa, de modo de permitir reajustes periódicos compensatorios adecuados. Ayudaría también una política macroeconómica que apunte a bajar la tasa de desempleo y de ese modo mejore la capacidad de negociación de los trabajadores frente a sus empleadores, que tienden a aumentar su remuneración del capital a un ritmo superior al promedio de los ingresos. En el corto plazo, los ingresos del trabajo podrán defenderse mejor de la inflación con un salario mínimo que siga aumentando, junto a la aplicación rápida del esquema de subsidio electrónico a los precios de los alimentos básicos recientemente aprobado por el parlamento por iniciativa del gobierno.

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