El cuadro siguiente muestra la evolución del mercado laboral desde el trimestre Dic 2019-Febrero 2020, justo antes de la llegada de la pandemia, hasta la última información disponible, el trimestre Septiembre-Noviembre 2020.

Los datos muestran los siguientes cambios:
- Desde marzo se aprecia un drástico empeoramiento de la situación laboral. Ello se expresa en caída de la población ocupada, aumento del desempleo y de los inactivos forzosos, es decir, aquellos que estaban dispuestos a trabajar. Comparando las dos puntas, la última información muestra una caída de casi 10% en la fuerza de trabajo; una caída de 13% en los ocupados; un aumento de 24% en los desocupados y otro de 20% en los ocupados. La medición más amplia que utiliza el INE para mostrar la subutilización de fuerza laboral (SU3) indica que esa subutilización alcanza al 22,8% en el trimestre septiembre-noviembre 2020.
- El peor lapso para la ocupación fue el trimestre mayo-julio, momento en que los ocupados caían en 22% respecto del trimestre previo al inicio de la pandemia. Ello significó un millón novecientos noventa mil empleos perdidos.
- De ese 1.990.000 de empleos perdidos, se han recuperado 843 mil, restando entonces recuperar 1.147.000 empleos. No tiene sentido entonces hablar de “nuevos empleos creados”, como señala la autoridad. Se trata de que estamos recién recuperando el 42% de los empleos perdidos en el peor momento de la crisis sanitaria y económica.
- La disminución en los confinamientos y la apertura de las actividades comerciales ha permitido la reanudación de muchas actividades económicas, recuperándose entonces los empleos mencionados.
- El desempleo saltó de 7,8% de la fuerza de trabajo (dic19-feb20) a un máximo de 13,1% en mayo-julio, con 298 mil personas que transitaron al desempleo, sumando así 1.065.000 desocupados en plena pandemia y, por ende, requeridos de urgente asistencia estatal.
- De allí en adelante, la tasa de desempleo ha ido disminuyendo hasta el reciente 10,8% del trimestre septiembre-noviembre. Al examinar en conjunto la evolución de ocupados y desocupados queda en evidencia que, en períodos tan fuertemente recesivos como el actual, la tasa de desempleo deja de ser el indicador clave de la situación del mercado del trabajo. Es necesario examinarla en conjunto con la tasa de ocupación y, en particular, con los cambios en la población inactiva.
- La población inactiva creció 32% en un semestre, situación inédita en las cifras laborales. Se trató de un incremento de 1.829.000 personas. Aunque el INE no desglosó esa información para el trimestre diciembre 2019-febrero 2020, es evidente que ese brusco incremento en esta categoría corresponde básicamente a personas que se vieron forzadas a salir del mercado del trabajo y que estaban disponibles para trabajar, pero no lo buscaban porque las condiciones de la pandemia no lo permitían o porque pensaban que, en ese contexto, las probabilidades de conseguirlo eran muy bajas.
- La medición más amplia de la fuerza de trabajo que utiliza el INE (y que denomina SU3) refleja que en los trimestres mayo-julio y junio-agosto la subutiización de esa fuerza de trabajo ampliada llegó al 30%, bordeando los 3 millones de personas en los trimestres móviles mayo-julio y junio-agosto.
- En la última información disponible, la tasa combinada de desempleo ha caído al 22,8%. Ello significa una subutilización que afecta a no menos de 2 millones de compatriotas.
El drama laboral se ha reducido respecto de la mitad del año 2020 pero sigue en niveles dramáticos para cerca de 2 millones de chilenos y chilenas. El desempleo aún está afectando a casi un millón de personas. Pasarán varios años para que el indicador SU3 retorne a niveles más cercanos al 15%.
En las dos crisis severas previas cuando la tasa de desempleo subió del 10% (crisis 1982-83 y en la crisis asiática) demoró 5 a 6 años hacerla retroceder a un dígito. En esta ocasión, la tasa de desempleo ha caído más rápido porque la inactividad sigue demasiado alta. Es más relevante entonces seguir la evolución del indicador SU3. Un tema distinto – y que excede al objetivo de esta breve nota- es detectar la calidad de las ocupaciones que se van recuperando. Esto requiere información adicional a la que normalmente entrega el INE.