La principal promesa del segundo gobierno de Piñera (crecer a un 4% anual) subrayaba sus tres reformas emblemáticas: tributaria, laboral y previsional. En rigor, se trataba de tres contrarreformas, toda vez que tres de ellas fueron justamente el emblema del segundo gobierno de Michelle Bachelet (marzo 2014-marzo 2018), reformas en las cuales se avanzó sólo parcialmente en las dos primeras. El objetivo de Piñera era retrotraer tales reformas, introduciendo más regresividad en los tributos y más flexibilidad en el mercado del trabajo.
Piñera asume en un clima de gran optimismo de la derecha y el gran empresariado, lo que impidió una mejor lectura del hecho de partir en minoría en el legislativo. 2 El gobierno desató una campaña mediática insistiendo en que, de no aprobarse tales reformas, el crecimiento se vería amagado. Lo hizo con tal intensidad que el efecto boomerang empezó a pasarle la cuenta…
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