La Cuenta Pública del Presidente de la República, Sebastián Piñera, nos ha decepcionado y ha causado, a todas luces, una profunda indignación a la ciudadanía, por su escasa conexión con la realidad que viven las chilenas y chilenos, que no se han visto reflejados en las palabras del Primer Mandatario, el que habló más como jefe de su coalición, dirigiéndose a partidarios y grupos económicos, que en su rol de Jefe de Estado.
Si bien el discurso realiza un llamado a la unidad y formula lineamientos respecto de la reactivación de la economía, ellos son aún demasiado vagos e imprecisos, por ejemplo, acerca de la concreción de las inversiones en regiones. Constatamos, también, una falta de referencia a la situación internacional y las relaciones exteriores, vitales ante las actuales contingencias.
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