La evolución de la pandemia en Chile no puede dar lugar a un triunfalismo excesivo, ni tampoco debe llevar al gobierno a ceder ante presiones empresariales que piden levantar restricciones. Es falsa la contradicción entre economía y salud. Los costos de mantener las medidas sanitarias hasta que se supere, efectivamente, el peak de la pandemia; son inferiores a los costos de relajar las medidas sanitarias de forma excesivamente temprana, porque se arriesga un resurgimiento de la pandemia con elevados costos sociales y económicos.
En este contexto el Gobierno ha anunciado un segundo paquete de medidas económicas, el que, en lo sustancial, genera un fondo de US$ 2.000 millones para destinar ayudas económicas a 2,6 millones de trabajadores informales y aumentar en US$ 3.000 millones los recursos -, y modificar el alcance-del Fondo de Garantía para la Pequeña Empresa (FOGAPE), para que la banca comercial otorgue líneas de crédito a empresas cuyas ventas anuales no superen el millón de UF (aproximadamente $2.400 millones de ventas mensuales).
Si bien, ambas nuevas iniciativas apuntan en sentido correcto, no es posible evaluarlas sin conocer los detalles de su implementación. Por lo tanto, demandamos del gobierno la información necesaria y transparente respecto de la forma y plazo en que se ejecutarán estas medidas.
Valoramos, sí, que se asuma la necesidad de apoyar a los trabajadores informales y a las pequeñas y medianas empresas, tal como este Foro lo ha solicitado en la carta enviada el sábado 4 de abril a las máximas autoridades del país, así como también lo han demandado las presidentas y los presidentes de los partidos políticos de oposición en su declaración del lunes 6 de abril.
Modificar el FOGAPE para que alcance a empresas con ventas por $2.400 millones de pesos mensuales es un contrasentido que perjudicará a las pequeñas empresas que sufren los efectos de la pandemia. Esto se suma a que el procedimiento propuesto no resuelve las tasas de interés a las que los bancos prestarán esos recursos, la que debiera ser aquella que entrega a los bancos el Banco Central, ya que los créditos contarán con la garantía del Estado y es justo que la banca comercial contribuya al esfuerzo de todos los chilenos. El Estado debe instruir claramente respecto del uso de los recursos que aporta, de manera que éstos sean canalizados sin lucro por la banca, y estén orientados a financiar exclusivamente pagos a trabajadores y proveedores, de empresas con ventas mensuales no superiores a $750 millones.
Asimismo, asumir que el FOGAPE podrá resolver la situación de las empresas, considerando que atiende solamente a las empresas que ya están bancarizadas, dejando fuera a un tercio de las micro y pequeñas empresas, parece ser un objetivo deseable, pero difícil de alcanzar sin cambios reglamentarios y operacionales. Incorporar a SERCOTEC y FOSIS como agentes operativos puede ser una alternativa.
Desde el punto de vista financiero, las medidas anunciadas no significan uso de recursos fiscales adicionales a los ya comprometidos, esto porque los US$ 2.000 millones provendrán de reasignaciones presupuestarias, y los US$ 3.000 millones, como son un fondo de garantía, se emplean sólo cuando hay que ejecutar la garantía, que sería el caso en que los créditos otorgados dejaran de pagarse, lo que no ocurriría, de ser el caso, ni en este año ni en el próximo.
Reiteramos que estos esfuerzos son insuficientes para enfrentar la crisis económica más profunda de los últimos 90 años. La magnitud de la crisis sanitaria anuncia un efecto devastador en los ingresos de las familias que pierden empleo o parte de sus remuneraciones. Esto sólo podrá ser compensado con un aporte fiscal que sostenga esos ingresos por el período que duren los distanciamientos que las medidas sanitarias imponen, lapso que seguramente tomará a lo menos cuatro meses. Distintos gobiernos han ido aumentando progresivamente las medidas y aumentando el gasto, Italia llegó al 40% del PIB esta semana y países como Estados Unidos, España y Francia tiene paquetes de 20% del PIB. Chile necesita respuestas a la altura del problema, tanto en la diversificación de medidas como en el gasto público comprometido.
Insistimos, por lo tanto, en la necesidad que se establezca una Renta Básica Temporal y un verdadero subsidio para los trabajadores que no pueden desempeñar sus labores a causa de la pandemia.

Un vacío inaceptable en el borrador de los expertos constitucionales
La inflación últimamente ha ocupado buena parte de los análisis en columnas e informes técnicos. Efectivamente, comprobamos que la inflación subyacente ha ido bajando, pero, mantiene la tendencia a la resistencia a una baja más significativa.